lunes, diciembre 19, 2005

PRIMERA ENTREGA.
DONDE SE CUENTA EL ORIGEN DEL TÍTULO DE ESTE FOLLETO ELECTRÓNICO Y SU PROPÓSITO


La relación es evidente, mas obliga una explicación que, al menos en lo particular, considero necesaria. Este blog surge como un espacio de discusión (general o individual, que para reflexionar basta con una sola voluntad). No es pretensión, sino el simple reclamo de un derecho ciudadano (el de expresarse libremente). Huelga decir que su creación apela al lector activo (esto es, aquel que de diversas y variadas maneras ejerce su ciudadanía), sin importar el número ni la procedencia. Aclarado el primer punto, continúo con la definición negativa: este espacio tampoco es una apología del medio que lo soporta, ni mucho menos un inútil rechazo a las tecnologías de los tiempos que corren. El autor de este folleto ve a la internet como una simple herramienta, sin más beneficio que el que uno le pueda sacar, por tanto ni la considera el espacio democrático soñado por los ingenuos (todos sabemos a quiénes pertenece la gran mayoría de sitios web del planeta) ni la teme como la asesina de las formas tradicionales de lectura y difusión cultural (el libro es insustituible, a pesar de que suene a fetiche o a lugar común).
Enumero ahora las razones de su aparición. Primeramente, la necesidad de revitalizar –aunque sea de manera minúscula- a la opinión pública (logro supremo, si los hay, de la modernidad), que no es otra cosa sino el establecimiento de un espacio discursivo alternativo a las instancias hegemónicas de poder. De allí el origen del título. Como sabemos, El Pensador Mexicano fue el primer periódico de José Joaquín Fernández de Lizardi, y su creación respondió a la necesidad de defender la libertad de imprenta y de establecer en la sociedad colonial de la Nueva España los primeros atisbos de la ciudadanía moderna (el derecho a la representación y a la discusión). El primer número del diario (9 de octubre de 1812) defendió el derecho del ser humano a la libre expresión, a la crítica (ambos conceptos prohibidos durante el coloniaje). Lizardi fue nuestro primer escritor moderno porque entendió el poder de la escritura y la influencia de la prensa para la formación de los futuros sujetos nacionales (debo aclarar que la condición de los medios ha cambiado considerablemente en nuestros días: han dejado de ser eso precisamente, medios de comunicación, para convertirse en comerciantes de la información, a la que han convertido en un simple bien de consumo, al alcance de aquellos que puedan darse el lujo de pagar el importe. He aquí otra de las razones para la aparición de esta página). Una de las estrategias principales de El Pensador fue la creación de un vínculo directo con sus lectores. Lizardi opuso a la nebulosa retórica de la monarquía peninsular, la inmediatez de una escritura que apela al diálogo y la respuesta (no es extraño, por ello, que la polémica fuera una de sus principales estrategias discursivas). El gentilicio denota un espacio de enunciación ( y a la vez una forma de identidad), no una limitación formal o temática.
En mi caso, hago del título un modesto homenaje a Fernández de Lizardi (uno de nuestros escritores más injustamente olvidados): he aquí la relación evidente; aunque hay más: esta página es también una simple declaración de mi condición como sujeto (la manifestación de mis opiniones y limitaciones) y, a la vez, el sitio de mi escritura. El gentilicio revela mi origen y la inmediatez de mis principales preocupaciones (es una muy breve forma de combatir la sospechosa globalidad o, peor aún, la supuesta desterritorialización del planeta). Podemos muy bien ser sujetos mundiales, sin dejar de ser nacionales o, como en mi caso, regionales. Tal vez esta empresa sea un inútil acto de terquedad (seguramente así será: conozco muy bien mis limitaciones y las de este medio; además de que mi propósito no es proselitista, sino dialógico), pero igual creo que vale la pena correr el riesgo. Al final de cuentas: es un derecho (y una linda obligación). (19-12-2005)