jueves, junio 01, 2006

LA HORA ACTUAL EN LA CRÍTICA DE GRÍNOR ROJO
En agosto de 2004, y ante un auditorio pletórico de críticos, literatos y académicos de diversos pelajes: locales los unos, esto es, latinoamericanos, y metropolitanos los otros, o sea, gringos y europeos, además de términos medios: latinoamericanos que aspiran al añejo sueño de volverse metropolitanos y metropolitanos que padecen devaneos “exóticos” y exhiben un folklore local subido de tono, Grínor Rojo leyó en la Universidad de San Marcos, en Lima, Perú, uno de los capítulos de su más reciente libro: Globalización e identidades nacionales y postnacionales... ¿de qué estamos hablando? Como parte de la audiencia pude comprobar, mientras Grínor daba lectura a su ensayo, cómo ocurría algo pocas veces visto en esta clase de congresos, donde la pauta, la rutina, consistía, para los conferencistas extranjeros, en presumir e imponer la nueva jerga academicista -que entre más preposiciones “post” tenga, mejor- y para los locales, en batallar con las carencias y hacer teoría de las circunstancias. Ocurría, repito, que la conferencia sacudía las conciencias aplacadas de muchos académicos adormecidos por la rutina de sus clases; arrojaba luces sobre la situación inmediata; exhibía las falencias del discurso en boga (el que sostiene y justifica las más feroces políticas económicas y militares que padece el planeta en la actualidad y cuya fuerza ya había penetrado casi todas las esferas de discusión y reflexión), y se convertía de paso en una fuerte llamada de atención a los intelectuales que han vendido el alma de su profesión por algunos puestos empresariales. La conferencia de Rojo impactó porque obligó a los asistentes a repensar sobre el uso y abuso de ciertas herramientas metodológicas, y también porque significaba algo inusual, inusual para algunos despistados: el desafío de una visión crítica proyectada desde estos márgenes del mundo, donde para muchos no habita sino el folklore y la exuberancia. La lectura completa del libro amplía esta visión reflexiva. Rojo pone el punto sobre las íes (como ya lo había hecho brillantemente en otros trabajos: Diez tesis sobre la crítica y Postcolonialidad y nación, escrito este último en colaboración con Alicia Salomone y Claudia Zapata) en un asunto de gran polémica: el debate en torno a las identidades y al concepto de nación. Contra concepciones esencialistas, neoliberales y postmodernas, que hacen de la nación y la identidad a ratos una cosa natural, luego algo pasado y despreciable y ahora una ficción lingüística, Rojo establece un criterio agudo, inteligente, que rescata lo mejor del sujeto moderno (su capacidad crítica y comunicativa; su derecho a elegir y construir distintos tipos de identidades: individuales, particulares y generales, sin que unas excluyan a las otras) y describe sus nuevos desafíos; concuerda y discute con Habermas respecto al futuro de estos conceptos en la etapa postnacional (es decir en esta hora actual de debate en torno a la necesidad o no de los Estados-nacionales), para terminar reflexionando sobre la relación entre literatura e identidad. La aparición del nuevo libro de Grínor Rojo es un estímulo y una confianza para todo aquellos que aún creemos en la capacidad de entendimiento de los seres humanos.